Otro año que está a punto de
finalizar. Puede que sea el momento de coger el toro por los cuernos… Son ya
muchos años esperando a ver si la crisis pasa ya de una vez y los clientes
comienzan a entrar por la puerta otra vez.
Una de las mejores preguntas que
existen en esta vida es la de “¿Y si…?”, es muy corta, pero
realmente mágica, por los efectos que suele tener. Simplemente se trata de
cuestionar todo lo existente, todo lo que se ha estado haciendo hasta ahora.
Así que os lanzo la siguiente pregunta… ¿Y si me pusiera a planificar la gestión de
mi clínica?, ¡pero en serio!
Que no sea un simple deseo de año nuevo, se trata de adquirir un saludable hábito que se mantenga para siempre. Si estáis de acuerdo conmigo, os invito a realizar un recorrido durante los próximos post de este blog que podréis ir trabajando con vuestros propios centros veterinarios. Da lo mismo que gestiones un consultorio veterinario en el que solamente trabajes tú, o que sean un hospital veterinario con 15 o 20 personas a tu cargo, siempre podrás sacarle provecho.
Que no sea un simple deseo de año nuevo, se trata de adquirir un saludable hábito que se mantenga para siempre. Si estáis de acuerdo conmigo, os invito a realizar un recorrido durante los próximos post de este blog que podréis ir trabajando con vuestros propios centros veterinarios. Da lo mismo que gestiones un consultorio veterinario en el que solamente trabajes tú, o que sean un hospital veterinario con 15 o 20 personas a tu cargo, siempre podrás sacarle provecho.
Os propongo lo siguiente, y esto
es, preparar los deberes para luego poder realizar una buena planificación de
la gestión de tu centro veterinario. Como seguramente la inmensa mayoría de
vosotros ya tendréis un programa informático “de gestión” (lo pongo en comillas
porque este término “de gestión” puede llevar a confusiones, pues el simple uso
del programa no es “hacer gestión”), pues con este programa que os digo,
seguramente podréis extraer la información que necesitáis para obtener un punto
de partida objetivo y fiable, esto es… la respuesta a la pregunta ¿Dónde estamos en este momento? Lo que os
propongo es que recopiléis todos los datos que podáis sobre las ventas y los
gastos sin IVA (a partir de
ahora, salvo que hablemos de lo contrario, las cifras económicas son siempre
sin IVA, ¿de acuerdo?). Intentad ordenarlos por familias; por ejemplo,
servicios veterinarios, servicios no veterinarios, y si tenéis tienda de
alimentos y accesorios, pues un tercer apartado. Si podéis hacer un esfuerzo
adicional, desglosad los servicios veterinarios en diferentes apartados; por
ejemplo, medicina preventiva, cirugía, consulta, pruebas laboratoriales,
radiología, ecografía, endoscopia… En la medida que os sea posible, haced lo
mismo con vuestros gastos de compras.
En la partida de gastos,
seguramente ya conoceréis que hay unos que se denominan “fijos”. En esta partida desglosa los de personal (nóminas,
seguridad social, incentivos, sustituciones…), los financieros (lo que pagáis a
los bancos), los del local (alquiler, hipoteca, y si el local es vuestro y no
tenéis que pagar nada por este, os recomiendo que le atribuyáis un alquiler
aunque en realidad no lo paguéis), también los de luz, teléfono, gas, agua, etc…,
y los varios (material de papelería, gastos informáticos, residuos, impuestos,
mantenimiento, etc…)
En el próximo post veremos cómo
organizar esta información, y sentar las bases para la planificación de la
gestión de tu centro veterinario. Una buena gestión es una gran inversión… como
dijo recientemente un buen amigo y compañero en el pasado congreso del Grupo de
Gestión de AVEPA (el IVEE), “una hora de
gestión es mucho más rentable que una hora de neurocirugía”
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